Julián Eyzaguirre considera que el trabajo es fundamental no solo para la realización personal, sino también para poder disfrutar de su tiempo libre, el cual dedica a sus hobbies y pasatiempos preferidos: la lectura, la escritura, la música y la escalada. La lectura ha sido una constante en su vida desde su niñez, ya que en su hogar le inculcaron el amor por los libros. Aunque de niño disfrutaba que le leyeran antes de dormir, el primer libro que leyó por cuenta propia a los 8 años fue “Un mundo sin Coca Cola” de Julia Torregrosa y Ramón Nieto. A partir de ese momento, desarrolló un saludable hábito de lectura nocturna que mantiene hasta el día de hoy. Es un apasionado de la ficción histórica, y en los últimos años ha encontrado gran satisfacción en explorar las obras de nuevos autores argentinos, como Cabezón Cámara, Mariana Enriquez, Carlos Busqued y Juan Solá, entre otros. Además, siente un especial interés por la ensayística y los textos de sociología, habiéndose sumergido en la nueva corriente del “aceleracionismo”, con autores como Mark Fisher y Nick Srnicek entre sus favoritos.
En los últimos años, Julián Eyzaguirre ha desarrollado una profunda pasión por la escritura creativa. Aunque anteriormente trabajó como redactor periodístico, escribiendo numerosos artículos para medios como Télam, Miradas al Sur y otras revistas, recientemente ha iniciado un nuevo camino en el ámbito de la escritura creativa, enfocándose en el género cuentístico y novelístico. Actualmente, está inmerso en un proyecto literario que comenzó en 2023, con la intención de construir una novela de ficción. Con el objetivo de perfeccionar su técnica, desde 2021 ha participado en diversos talleres de narrativa, destacándose los realizados con Santiago Llach y Ana Montes. Además, está constantemente explorando nuevas formas de expresar sus ideas y emociones a través de la escritura, lo que le ha permitido conectar de manera más profunda con su propio mundo interior y con las experiencias que ha vivido.
La música también ha sido una constante en la vida de Julián Eyzaguirre. Desde muy pequeño estudió piano y posteriormente se volcó a la percusión, tomando clases en el Instituto Yamaha y con destacados profesores particulares como Carlos Riganti y Daniel “Pipi” Piazzolla. Durante su adolescencia, formó parte de varias bandas musicales, con las cuales llegó a grabar dos LP y se presentó en diversas salas porteñas. Incluso, tuvo la oportunidad de compartir escenario con reconocidos artistas como Hilda Lizarazu en 2006 y Luis Alberto Spinetta en 2008. Para él, la música es una forma de expresión que lo acompaña en cada etapa de su vida, y que le ha brindado momentos inolvidables tanto a nivel personal como artístico.
Finalmente, la escalada es un deporte que Julián Eyzaguirre descubrió en su adultez, de manera fortuita, durante un viaje con amigos a Suesca, Colombia, un reconocido destino para la escalada en ese país. Desde entonces, quedó fascinado con esta actividad, y ha continuado practicándola en diferentes gimnasios de Buenos Aires. Además, es un entusiasta del senderismo, habiendo realizado diversos trekkings por Argentina, explorando los paisajes de El Chaltén, Río Negro y Córdoba. Para Julián, cada una de estas actividades es una forma de conectarse consigo mismo y con el mundo que lo rodea, lo que le permite mantener un equilibrio entre su vida profesional y personal, y le brinda una profunda satisfacción y sentido de propósito. Estas actividades no solo le proporcionan un escape del estrés diario, sino que también enriquecen su vida, permitiéndole descubrir nuevas pasiones y desarrollar habilidades que aplican tanto en su vida laboral como personal.